Accede desde la terraza del Muíño do Vello, cruza el puente que está a escasos metros de la cascada y, cuando llegues a debajo del viaducto del Ave, ya encuentras una senda de menos de 200 metros que te lleva hasta ella. Allí puedes descansar alrededor de las aguas del río Alvedosa, que tiene un nivel de tres metros. Tras la pasarela con escaleras de madera, puedes visitar los antiguos molinos de agua que están situados en uno de los laterales del salto. Algunos de ellos, a día de hoy, son utilizados como taperías, en las que puedes vivir en primera persona la historia de la zona mientras disfrutas de tiempo de calidad de ocio.
Alrededor de la cascada se encuentran carteles explicativos de las características de la fauna y flora del lugar.
Por la tarde puedes aprovechar para ir al cementerio de los Eidos y entrar en uno de los más singulares de Europa. Cementerio de estilo neogótico construido en el 1830. Si quieres seguir con rutas por cementerios te puedes acercar al de Cesantes al caer el sol para hacer fotos del atardecer con los pináculos de los panteones y con el puente de Rande al fondo.
Otra opción de tarde puede ser visitar el museo de Meirande en Rande para conocer la historia de las batallas de 1702, los galeones hundidos, los trajes de buceo o profundizar en las historias de las conserveras de la zona.
En la zona hay muchas casas de turismo rural donde quedarte a pasar la noche. Para el día siguiente puedes planear playa o monte. Pasar un día de playa en Cesantes o visitar Monte Penide con sus legados prehistóricos (y ya que estás por la zona, acércate al banco panorámico en la parroquia de Trasmañó y a sus increíbles vistas sobre la ría).