Hermosa formación de robles centenarios situada en la parroquia de San Xurxo, en el barrio de A Laxe (Lat. 42º 6′ 50,95”; Long. 8º 33′ 30,68” O). Forma parte de un recinto propiedad de los vecinos de San Xurxo, pero la zona destinada al área recreativa ocupa alrededor de 3300 m². El núcleo de robles también se extiende hacia al río y ocupa unos 5700 m², siendo estos últimos privados.
La zona está destinada al área de ocio, dotada de mesas de piedra, asadores, columpios, y una fuente hecha a mano por los vecinos de A Laxe, todo cercado por un balaústre de madera. En el interior se encuentra el conjunto, que está formado por 21 robles centenarios de gran porte, pues el perímetro de los troncos es de 2,20 m de media y lo que aparenta ser más alto supera los 20 m. Entre estos monumentos podemos encontrar un roble único, que posiblemente sea el más longevo de Salceda de Caselas.
Los troncos centenarios de estos árboles, todos ellos de singular belleza, albergan toda clase de vida, donde destaca la presencia de ciervos voladores, para los que la madera muerta de los robles es de vital importancia. Tampoco es raro encontrar en este robledal hongos micorrícicos asociados a los árboles como hongos del género Boletus, muy interesantes en la micogastronomía, o los temidos Cortinarius orellanus y Amanita phalloides o «hongo de la muerte»; a pesar del peligro que supone su ingesta, estas asociaciones son muy importantes para el equilibrio natural del robledal. También encontramos hongos encargados de reciclar los restos de materia orgánica del medio, como los cerrotes de pie azul. Por supuesto, en los troncos cavernosos de estos nudosos y antiguos robles, también aparecen hongos parásitos típicos de frondas como el hígado de buey.
Al este del robledal, carretera arriba, se encuentra el espacio de Curuxeiras, donde está el campo de fútbol con el mismo nombre. Alrededor, domina el bosque de pino y eucalipto (siendo así una parte de bosque contaminada por especies invasoras), pero si descendemos hacia el robledal, observamos un interesante paisaje formado por prominentes formaciones graníticas (laxes) que le dan nombre al lugar. Estos monumentos pétreos, combinados con las depresiones formadas por el curso del agua de fuentes como la del Pozón o numerosas minas, crean unos ambientes húmedos donde conviven robles, sauces y laureles, y donde es habitual encontrar gran variedad de helechos y musgos del género Sphagnum o Polytrichium. Este tipo de hábitat es el ideal para anfibios como la salamandra, que, desafortunadamente, sufre numerosos atropellos en la carretera en época de cría, o el sapo comadrón ibérico en las zonas donde el granito está en avanzado proceso de descomposición y se encuentra en forma de tierra de jabre.
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