Comienza en el Mirador de Chan de Carreiro y discurre por rutas próximas al Río Da Portela do Foxo, afluente del Río Alén. Es un lugar tranquilo, con varias ramificaciones, como la Ermita de San Juan o la Ciudad de la Costa de Alén, con 40 mámoas distribuidas por la zona.
Con respecto a la Ciudad de la Costa de Alén, existe un «ciclo» de leyendas emparentadas entre sí tanto en la parroquia de As Estacas, en Fornelos de Montes, como en Barcia de Mera, Mondariz, que nos habla de la existencia de una ciudad adonde la gente anciana se retiraba para morir. Teniendo «Alén» el significado de «más allá», «al otro lado», «la otra vida», la Ciudad también recibe el nombre de «A Vila dos Mortos».
En la parroquia de As Estacas, en Fornelos de Montes, a más de 650 m de altitud y en la empinada ladera de las montañas que forman el valle del homónimo Río Alén, se concentra un conjunto de pequeños habitáculos que se han interpretado como chozos tradicionales empleados antiguamente como cabañas y refugios por los ganaderos que pasaban largas temporadas en la montaña con su ganado. Se trata de una concentración de 39 chozos construidos con piedras grandes y pequeñas que nos recuerdan a los milenarios monumentos megalíticos. Se cubren con falsas cúpulas o con losas de gran tamaño y, por lo general, cuentan con una pequeña entrada. La mayor parte de ellos comparte la curiosa característica de que posee una similar orientación hacia el este. La inexistencia de un yacimiento etnográfico parecido lo convierte en un caso único en Galicia. Uno de ellos presenta incluso una inscripción y una cruz en la entrada.
Todavía no se sabe con certeza si son todos chozos o si algunos podrían ser pequeños almacenes para los víveres necesarios para el paso de largas temporadas en la montaña. Sobre su cronología, parece que ya están documentados en el año 1550, aunque hay quien ha aludido a una posible antigüedad mayor. De ser chozos para los ganaderos, estaríamos hablando de una actividad importante, ya que el número de personas que podrían albergar estos chozos sería considerable. Si realmente se trata de la «Ciudad de los muertos», habrá que dejarlo para la imaginación del viajero.
Estos chozos fueron descubiertos en el año 2012, pero no fue hasta el 2018 cuando se empezaron a sacar a la luz. Partiendo de ahí, se ha procurado investigar todo lo relativo al misterioso lugar, así como ponerlo en valor a la luz de los recientes descubrimientos, entre los cuales figuran a su vez un foso de lobos único por sus características y un neveiro centenario. No olvidemos que el valle del río Alén alberga lugares mágicos como el conjunto de la Ermita de San Juan, donde se dice que existió otrora un monasterio benedictino.
Para llegar hasta la Ciudad, debemos llegar por carretera hasta la denominada Portela do Pozo, donde veremos una antigua cruz sobre una gran roca y, desde allí, seguir a pie en dirección sureste hacia el valle y, en apenas 500 m, llegaremos a nuestro destino. Desde Portela do Pozo podremos dirigirnos también hacia la magnífica trampa del lobo que hemos mencionado.
Es más que probable que por el lugar de A Portela do Pozo pasara en tiempos pretéritos una vía de comunicación que desde O Ribeiro vendría por el margen derecho del Río Alén desde Barcia de Mera y que se dirigiera a Ventín para luego llegar a Fornelos de Montes. Este camino hoy forma parte de la Vía Mariana.
La ruta finaliza en Pistas Anchas, compartidas por la Vía Mariana Luso-Galaica, que recorre las antiguas vías de Peregrinación Mariana.
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