El conjunto escultórico, realizado por Ramón Conde, se encuentra en el acceso a la Estación Marítima y representa a todos aquellos gallegos que partieron rumbo a América buscando nuevas oportunidades. Según las palabras del escultor ourensano Ramón Conde: la obra “refleja al emigrante cargado de ansia y de fuerza que va a la lucha desconocida, a la mujer que se queda en el cargo de la educación del hijo y al niño que es la imagen de la esperanza».
Tenemos así un reflejo de lo sucedido en el puerto de Vigo a mediados del siglo XX, muchos hombres y mujeres gallegas que tuvieron que coger sus maletas y viajar rumbo a América con la esperanza de encontrar oportunidades de trabajo que los sacasen de las dificultades que aquí vivían.
En el suelo hay una placa en la que se puede leer: «Galicia no olvida a sus emigrantes que con sus lágrimas regaron la historia de nuestro puerto».
Además de este grupo escultórico, tenemos en la ciudad otra escultura que rinde homenaje a los emigrantes. Está situada en la plaza de América y es obra del escultor Camilo Nogueira. El monumento, en granito, representa un grupo formado por padre, madre e hijo que se abrazan en una escena de reencuentro. En su base se puede leer: «Amigo que por el mundo vas en busca de una lejana estrella, vuelve la vista, regresa a tu hogar donde el calor de los tuyos te espera. Irmandade Galega de Venezuela».
Si queréis acercaros hasta la plaza Miguel Ángel Blanco o al principio de la Gran Vía, podéis ver otras dos obras de este artista: Acordo Xusto y Os redeiros.
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