Galicia es tierra de mansiones. Hoy, muchos de estos palecetos mágicos ligados tradicionalmente a la nobleza gallega abren sus puertas al público para que el visitante pueda sumergirse en la historia, naturaleza y belleza que viajó la estas propiedades históricas desde tiempos inmemoriales. Sin ir más lejos, el Pazo de Pegullal constituye un ejemplo perfecto del pasado señorial de la Galicia más rural e interior de las Rías Baixas. El citado pazo de piedra está enmarcado dentro de los límites del ayuntamiento de Salceda de Caselas, en el corazón del valle del Condado de Tela. Un lugar lleno de encanto que actualmente sirve de epicentro para la producción de vinos, aceites, cosméticos naturales y mismo frutas como el kiwi.
Rodeado por una muralla y la cuyo interior lleva una puerta ―flanqueada por dos torres cilíndricas con cruces sobre finales esféricos― que ostenta el escudo de varias familias ilustres de Galicia, como Correa, Mendoza, Quirós, Sarmiento y Soutomaior, entre otros, la historia de este emblemático pazo tiene sus raíces en el siglo XVIII. De hecho, Pegullal evoca el mejor del estilo renacentista italiano. Por esta puerta se accede al edificio principal y a sus majestuosos jardines llenos de elementos tradicionales, como un hórreo de 14 metros de largo y 18 de pies, o una capilla dedicada a Sano Benito, situada junto a un ejemplar de roble de más de 600 años. Al lado de las orillas del Miño, el jardín señorial llama la atención por su particular disposición geométrica, cuyo conjunto está adornado por una exuberante vegetación, paisajes de boj, laberintos, estanques y otros elementos arquitectónicos y etnográficos de inestimable valor.
En todo caso, el inmueble en su conjunto constituye una auténtica joya patrimonial y arquitectónica, sobre todo en el caso del edificio principal que conforma la casa, de estilo barroco. Las referencias del inmueble se remontan la dos siglos antes, cuando Pedro de Alemparte Correa compró la «Feligresía de Santa María de Salceda» al rey Felipe II para construir el Pazo y la granja Pegullal. Hace falta recordar que en sus orígenes más remotos este pazo gallego era un pequeño convento conocido como Convento de Santa María de Salceda, que estaba formado por uno pequeño edificio que correspondería aparte más próxima al citado templo religioso.
Ya la finales del siglo XX, alrededor de 1987, el Pazo de Pegullal fue adquirido por la actual propietaria, María Rosario Andrade Detrell, que se encargó de la reconstrucción y rehabilitación de los distintos edificios, recuperando un patrimonio histórico-artístico sin precedentes en Salceda de Caselas. Asimismo, la propietaria también supo ver el potencial natural y paisajístico del medio y promovió la creación y establecimiento de nuevos elementos exteriores como estanques, fuentes y especies florales como la camelia. Y en el que se refiere a la explotación agrícola, además de producir vinos, kiwis y otras frutas hortícola, desde 2013 también se comercializan diferentes productos de la marca Pazo de Pegullal, elaborados bajo la Denominación de Origen Rías Baixas, entre ellos Albariño Tanto Me Da y Heritage; el aceite de oliva virgen extra Olivar D’Pegullal así como varias colecciones de cosméticos naturales elaborados con aceite de camelia. Por otra parte, hace falta señalar que en la actualidad también se puede participar en una visita guiada con degustación para descubrir en primera persona el encanto y la historia de este pazo gallego.
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