El puente de Comboa, ubicado al norte del municipio sotomayoreño, conecta ambas orillas del Río Verdugo. Construido en la Baja Edad Media, mide 64,5 m de largo y 3 de ancho; en su punto más alto mide 13 m. Cuenta con tres arcos: dos de medio punto, y el más grande, con sus 16,9 m de luz (luz significa, en arquitectura, la distancia, en proyección horizontal, existente entre los apoyos de una viga o un arco), ligeramente apuntado, rasgo típico de los puentes medievales de los siglos XIV y XV. Posee tajamares por ambos lados (estructuras triangulares en forma de baluarte situadas en los pilares del puente, que tienen por objeto cortar las aguas y así disminuir su fuerza).
Bajo las bóvedas de granito son perceptibles distintos elementos relacionados con el momento de su construcción: por un lado, marcas de cantero y, por otro, mechinales (los huecos) y ménsulas (los soportes), que es lo que queda de los armazones de madera (cimbras) que se colocaban para construir los arcos. Ha sido reformado en varias ocasiones, y hasta la década de 1980, en que se construyó el puente moderno que corre en paralelo a él, era el único puente por el que podían transitar personas y vehículos desde Ponte Caldelas hasta Pontesampaio.
De él parte una senda que lleva hasta el famoso puente colgante de Soutomaior, y continúa hasta la llamada Presa do Inferno, una central hidroeléctrica de finales del siglo XIX que estuvo en funcionamiento más de cien años. La senda sigue el Río Verdugo por su margen septentrional; a 1 km del puente medieval está situado el puente colgante, construido sobre la “Poza das Bestas”, el lugar de confluencia de los ríos Verdugo y Oitavén, donde hay una apacible playa fluvial, rodeada de rocas cubiertas de musgo.
La senda que conduce al puente colgante es lineal y de baja dificultad, y transcurre entre abundante vegetación de ribera, (sin embargo, si bien la plaga de eucalipto se hace notar, un punto de información próximo apunta que en el año 2019 se plantaron robles y abedules y se eliminaron especies invasoras, como la acacia y la mimosa).
Las especies más capturadas en el coto de pesca que constituye esta parte del río son la trucha y el salmón. En las cercanías podemos encontrar también el área recreativa de A Veiguiña Longa.
Hay puntos de información a ambos extremos del puente medieval, en uno de los cuales el visitante tiene a su disposición un código QR que remite a un documento PDF del mapa topográfico de la zona.
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