Pazos. Senda del Río Barragán.

El río Barragán o Freaza nace en la parroquia de Traspielas, entre Freaza y Boente, a casi 480 metros de altitud. Su curso avanza hacia el norte, en dirección a Fornelos de Montes. El “Sendero del Barragán” es una ruta vinculada al agua y su aprovechamiento. Recorreremos su fantástico bosque, que puede considerarse el bosque caducifolio oceánico más importante de la provincia de Pontevedra. Además, encontraremos acequias, molinos, puentes de piedra, pasarelas y puentes de madera, muros tradicionales, piedras o “poldras” en medio del río, caminos empedrados, un acueducto datado en 1787 que canalizaba las aguas para el riego de las tierras de cultivo y, como broche final, los restos de A Cidade, un poblado ganadero construido sobre los restos de lo que pudo haber sido un castro.

  • Tipo de ruta: Circular
  • Longitud: 10,87 km
  • Altitud máxima: 464 m
  • Desnivel: 220 m
  • Dificultad: Media-Alta
  • Duración: 4h 45min
  • Peligrosidad: Especial precaución en el tramo que coincide con el “Sendero das Greas” (rojo/blanco). Si se lleva niños pequeños, hay que tomarlos de la mano en ciertos tramos.
  • Recomendaciones: Perfecta en primavera, verano u otoño (cuidado con las horas de luz y la temperatura, ya que hay tramos muy frondosos).
    • Apta para todo el público (al inicio de la ruta no es posible ir en silla de ruedas).
    • Calzado impermeable.
    • Áreas de descanso junto al Muíño do Abade y bancos. Cuenta con servicios, paradas de autobús y un aparcamiento tras la iglesia.

Punto de partida

La ruta comienza en la Iglesia de San Paio de Moscoso, situada en un paisaje de montaña y junto al Centro Cultural Moscoso, al lado de la antigua casa de la sociedad Pazos de Borbén. Se trata de una iglesia de estilo neoclásico, del año 1890, construida con perpiaño de granito escuadrado. Junto a la plaza de la iglesia encontramos un moderno palco de música. A la derecha de la iglesia, podemos ver el símbolo emblemático de este municipio: un roble.

Comenzamos la ruta cruzando la carretera y continuamos por el camino siguiendo el panel informativo junto a una casa, en el Camiño das Lombas.

Desarrollo del recorrido

Pasamos una intersección en la carretera, pero continuamos y nos desviamos en la siguiente. En el primer cruce elegimos el camino de la derecha, un camino de tierra siempre húmedo. Seguimos el canal que transporta agua para regar los campos y que procede del lavadero.

Llegamos al Cruce de Rabadero, donde encontramos una intersección de dos caminos y tomamos el más bajo (lleno de piedras) para acortar un poco el recorrido. Luego, seguimos por el Camiño dos Mortos, ahora abandonado y en desuso.

El camino nos lleva de nuevo al Camiño das Lombas, y luego por un camino de tierra, cuesta abajo. Entre los eucaliptos encontramos una gran piedra llamada “O Comezo”, en homenaje a los sacos de grano que la gente llevaba a lomos para moler. Se cree que esta piedra fue colocada allí porque, después de recorrer un camino pedregoso, la gente paraba a descansar en esta zona.

¿Sabías que…?

En 1970, toda la Villa de Moscoso fue desplazada de su ubicación original. Se desconoce el motivo, aunque podría haber sido un conflicto con la villa de Calvos.

Atención a las señales del camino

En un eucalipto aparece una cruz que indica que hay que seguir el camino de las franjas paralelas sobre el roble. Este sendero destaca por la cantidad de trozos de cuarzo en el suelo y en los muros, de unos 25 cm de altura.

En un cruce, seguimos por el camino de abajo para acortar hasta el Muíño Vello, un molino de cubo construido con piedras de granito irregulares y mampostería, con tejado a un solo agua.

Al llegar a Xunqueiras, encontramos un claro bastante ancho que servía como punto de escape en caso de incendio. Aquí, el camino se bifurca y seguimos la señal de «prohibido» (las aspas) para acortar.

Caminamos junto al río hasta una puente de piedra, donde se ha instalado un caudalímetro de aguas de color blanco que destaca bastante.

En este tramo encontramos gran variedad de helechos y árboles como el sabugueiro (saúco), pues es una zona sombría y húmeda.

Leyendas del lugar

Según la tradición oral, en la zona conocida como «Os Foxos» cobran vida seres mágicos del río, de las piedras y de la tierra. Se cuentan numerosas historias:

  • «En el puente del Barragán no debes entrar al agua, pues dicen que aún existe un remolino mágico o una hada del río (acia) que te puede arrastrar al fondo…»
  • «En el monte de la ciudad, cerca de la cima del castro, hay una cueva llena de monedas de oro custodiada por una anciana moura, que puede darte oro o veneno…»
  • «El monte de la ciudad está habitado por almas que por la noche salen a pasear por el lugar…»

A partir de aquí, el sendero se estrecha y presenta dificultades. Continuamos hasta la Presa do Novo, donde se observa una notable reducción de luz. Allí se pueden ver las antiguas técnicas de construcción de presas.

Seguimos junto al río hasta el Muiño Novo, con acceso por un sendero estrecho cubierto de musgo. Después, encontramos una zona de descanso con un merendero.

Datos curiosos

  • Barragán significa «presa».
  • Se dice que la vara del mago Merlín estaba hecha de madera de sabugueiro (saúco).

Última etapa

A partir de aquí, el camino se ensancha y encontramos el Muíño do Abade. Luego, llegamos al cruce con el Sendero das Greas (GR 58) junto al río. Aquí se pueden ver piedras (poldras) para cruzarlo.

Más adelante, nos desviamos hacia Pozo Machado, una hermosa cascada en el río Pielas. Un poco más adelante está el Muiño de Piñeiro, totalmente restaurado.

El sendero sigue hasta la Presa do Triquillón, que lleva el agua al Muíño do Triquillón.

Atravesamos una carballeira (bosque de robles) junto a la Presa de Barragán, la más larga y profunda del río. Llegamos al Ponte do Barragán y seguimos hasta el Muíño de Barragán, que aún está en funcionamiento.

Cerca del Encoro de Eiras, el río se ensancha. Para llegar a A Cidade, subimos por un camino pedregoso, donde a veces se encuentran setas.

El camino termina en las ruinas de A Cidade, probablemente un antiguo castro o asentamiento medieval, cubierto de musgo. Al pasar el foso, encontramos una casa reconstruida, conocida como “A Casa Raiña”.Subiendo un poco más, llegamos a un mirador con vistas al embalse de Eiras. Desde aquí, descendemos hasta la Iglesia de San Paio de Moscoso, completando la ruta.

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